El estudio descubre al verdadero autor de la imagen, Nicolás Salzillo.
A finales de 2017 se publicó el trabajo de investigación en torno a la imagen de San Francisco de Borja, una escultura que durante más de setenta años había sido considerada una obra indubitada de Nicolás de Bussy. Y que este trabajo demuestra que realmente se trata de una escultura de Nicolás Salzillo, y no del escultor estrasburgués.
Un estudio recogido en el artículo “San Francisco de Borja, una obra de Nicolás Salzillo”.
El estudio se recoge en el libro Estudios de escultura en Europa, la publicación derivada del I Congreso Internacional de Escultura Religiosa, celebrado en 2016 en Crevillente (Alicante). Un trabajo de investigación, de treinta y seis páginas y veintiuna fotografías comparativas, que comienza con una revisión de todo lo escrito acerca de esta escultura; realizando, a continuación, una “disección” de la talla policromada donde se analiza desde su sistema constructivo interno hasta el más mínimo detalle de su acabado exterior; finalizando con la suma de tres reveladores aportes documentales que constatan todo lo expuesto. Demostrando que esta obra fue hecha por Nicolás Salzillo, y no por el escultor al que la historiografía local lo había atribuido.
Un hallazgo importante, del que se hicieron eco varios medios de comunicación, dada su magnitud.
Fue en 1943 cuando el investigador José Sánchez Moreno indicó que esta obra podía ser “atribuible” a Nicolás de Bussy, aunque remarcando que no poseía documentación al respecto; no aportando ningún otro dato o estudio complementario que reafirmase dicha propuesta. Una débil atribución que, sin embargo, con el paso de los años y ante la ausencia de cualquier otra propuesta en contra, terminó siendo aceptada por la historiografía regional y nacional; apareciendo en cuantas publicaciones sobre escultura murciana, y monografías sobre el artista estrasburgués, se han llevado a cabo. Llegando a ser calificada como “una obra maestra de la imaginería española” (Gómez Piñol, E. / Belda Navarro, C., 1973), o incluso como “una de las piezas culminantes de la estatuaria en España” (Martín González, J. J., 1991), siendo enmarcada “entre las mejores esculturas de todo el barroco español” (Cánovas Belchí, J.,2002).
Más de setenta décadas después, el presente estudio refuta esta atribución, descubriendo al verdadero autor de la imagen, Nicolás Salzillo; un escultor injustamente valorado y siempre a la sombra de Nicolás de Bussy y de su propio hijo Francisco Salzillo.